Autor: Antonio L. Turnes
Revisión de algunos hitos a través de tres siglos

INTRODUCCION

Desde los Tratados Hipocráticos, podía leerse en los Aforismos:1 A todo aquellos, cuyo hígado, tras llenarse de agua, revienta dirigiéndose hacia el “epiploon”, a ésos se les llena de agua el vientre, y entonces mueren.

En los mismos Tratados, establecía el autor en Enfermedades:

La hidropesía proviene de lo siguiente: cuando en verano, al tener sed, se bebe mucha agua de un golpe, es por eso por lo que suele producirse principalmente. En efecto, una vez que el pulmón se ha llenado, revierte a su vez hacia el pecho y, cuando (el líquido) está en él, da mucho calor, de forma que funde la grasa que recubre los bronquios y, cuando la grasa comienza a derretirse en mucha mayor cantidad, en poco tiempo produce la hidropesía. Se produce también si se forman tumores en el pulmón, éste se llena de líquido y hace irrupción en el pecho. De que la hidropesía es causada también por tumores, éste es mi testimonio tomado del buey, el perro y el cerdo. En efecto, es sobre todo a estos cuadrúpedos a los que les salen en el pulmón tumores que contienen agua; haciendo una incisión inmediatamente podrías reconocerlo, pues correrá agua.

 Parece que también en el hombre salen tales tumores con mucha más frecuencia que en los animales, por cuanto que seguimos una dieta más insalubre; muchos, a raíz de tumores que tenían, han acabado con empiema.

 Éstos, pues, son los síntomas al principio de la enfermedad: tos seca, la garganta parece vibrar, sobrevienen escalofríos, fiebre y ortopnea, la piel se pone como tumefacta, los pies, sobre todo, se hinchan y las uñas se contraen; y en tanto que la hidropesía se mantiene en la cavidad superior, el dolor es agudo, pero cuando se desplaza hacia la cavidad inferior, parece hacerse más llevadero; luego, al pasar el tiempo, sufre exactamente lo mismo que sufría el anterior, pues el vientre se hincha.

 Hay veces que la hinchazón se va hacia el costado y permite ver por dónde hay que sajar; pero si no se hiciera visible, sacude al enfermo tomándolo por los hombros después de haberle dado un baño en abundante agua caliente, y luego escucha en cuál de los dos costados hay más fluctuación. Una vez advertido, haz la incisión a la altura de la tercera costilla, contando a partir de la última de abajo, hasta el hueso; luego, trepánalo atravesándolo del todo con un trépano perforador y, cuando esté perforado, deja salir un poco de agua; después que haya salido, pon un apósito de fibras de lino crudo y cúbrelo con una esponja suave; a continuación hay que poner

un vendaje para que el apósito no se descoloque; hay que evacuar el agua una vez por día durante doce días y, al decimotercero, evacuar todo el agua y en adelante, si se forma algo de líquido, hay que sacarlo; desecar también el bajo vientre.